Te preguntaré por la noche para que me hables del día.
Tus silencios son traslúcidoscomo la piel de un ángel.
Existes en el relámpago y en la tiniebla,
en el azúcar y en la sal,
en el cenit y en el nadir,
en el ayer y en el futuro,
solo te amas
si te sabes conflicto.
Respiras un algodón preñado por el tiempo,
buscas el aire limpio del bosque en una habitación cerrada.
Te vistes de negro en las bodas
como un desafío,
huyes de los espejos, de las fotografías,
de la memoria del instante
que quiere ser cicatriz.
Elige de una vez tu máscara.
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