Hoy que vuelvo a la noche, en madrugada de lluvia, te
busco a ti.
Fuera de la luz, en un bosque de sombras, mi rostro.
Hay silencios de agua que fluyen como ejércitos mudos,
caen en la piel de mis zapatos, mojan la luna que se
refleja ebria en el charol,
redondo óbolo creciente.
Lo que dijiste, ahora es nube entre los pétalos del
tiempo,
lo que dije llueve en mi corazón como néctar dulce, como
saliva amante.
Contigo el alba se rompe en gotas que al trasluz viven
sin regreso.
Memoria líquida esa cortina que envejece bajo la
tersura de tu impermeable rojo,
chapoteas espejos, nadas como un cisne amnésico por
los ríos insomnes de las fuentes.
Nos esperan los sumideros con sus vértebras de metal,
según los últimos partes meteorológicos
mañana
no lloverá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario