Hay un telar invisible de metáforas perdidas.
Son las palabras barcos hundidos que habitan nubes de
silencio.
Porque sentir es, ante todo, el tacto del ansia,
la magnitud del deseo, un fuego atroz en las vértebras
que arroja una luz incandescente.
Yo descubro en tus párpados mapas de olvido
donde ya no somos una canción viva.
Tatúa en mi espalda un adiós que me desconozca.
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