domingo, 22 de octubre de 2017
Selfie
Así, tus codos, pronunciando los misterios del vértice,
la santidad del cielo y la división del rostro en muecas
de arrabal. La risa de la máscara huye del arpegio,
del natural encanto del asombro. ¿Puedes, por favor,
juntar la mejilla hasta el perfil de mi labio?¿puedes
fingir, como yo, si el rosal son los cabellos al viento
y un duende blanco elige el clic de la armonía?
Tú extiendes el artificio donde maduran los dedos
su efigie. Atrás un río, un puente, el mar, las colinas
vertidas a la nieve, la playa que el verano anunció,
una fiesta de algarabía sin que nadie sea el reverso
que medita la soledad de un punto neutro. Para mí
los segundos sin huella, para mí el gong que invoca
a la muerte y que sucede al párpado, a la palabra
huida, al innombrable gesto de la evasión que somos.
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