domingo, 20 de marzo de 2022

La casa

 

En los escondidos omoplatos de sus pilares, mi voz.
Sangra su canción que no recuerdo, en los alveolos
de su noche yo encendí hogueras azules, en el pasillo
longilíneo recibí la nieve de la vida, su agua fértil.
Desde sus ventanas el cosmos es un niño alegre,
la música, los juegos, las palabras y los silencios,
todo escancia ese licor donde germina mi ser.
Un pájaro sobre el tendal, tus ojos que presiento
sin luz, porque el hada nocturna llega y se cierran
los párpados, porque no estás, y te imagino aquí,
aún dormida.

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