viernes, 29 de mayo de 2020

Salida de un mural

Algo hay en ti de mural asirio o griego,
Semíramis quizá o Electra o Pandora
en su presagio. El pijama rayado convertía
tu cuerpo en extraña columna, columna
que agita caderas rojas. Comprobé mi
inocencia de surco escondido, vi tu atmósfera
de viernes en los azulejos, cines sin escuela
en las noches blancas. Palidez del entretiempo,
hojas caídas sin otoño, fuentes deshilachadas,
tráfico de ojos impares en la vena sucia. A ti
llegan ondas de mar, y como fanal de sirena
te adaptas al aire húmedo, a la voz de un faro
en noviembre. Sube al columpio donde la astucia
y el carmín son llaves de azur, busca el amparo
del doblón y a la vez una sombra esbelta- o encorvada-
que te de refugio. Vuelve al mural que elegiste
cuando creías que el destino era tuyo. Corta
una cabeza, piensa en tu padre, destapa
el inmenso arcón de las calamidades, y disfruta.


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