Se mezcla el color en tus pantys, la insolencia de un verbo
azota el látigo que nos une, qué maquillaje de pájaros
en tu cerviz, qué lunar móvil en qué oasis de ti.
Un Camel se agita y busca el lagrimal con su humo
de napalm. Es mi blasón, mi yelmo, mi adarga
este cilindro que consume la noche. Está caliente
el óvalo redondo, crisol de absenta, brillo de náyades
en la copa esmerilada. Juega el jazz con la musculatura
del saxo, el piano carcajea, la melodía es un abril de luz.
¿Cómo te llamas? Ya no eres tú quien responde.
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