Me vestí de infancia, de juventud, de claveles rojos.
Luego pensé en ti y en qué encrucijada dejamos de ser nosotros.
Quien escribe ahora es un sueño que no te conoce,
que no se reconoce.
¿En qué extraño jardín floreció una vida en común?
Solo la ausencia guarda memoria
de la rutina que sobrevive al silencio.
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