Lo que escondí es un corazón.
Mi raíz, mi tiempo, mi vértebra azul.
No te diré- ni tú a mí- el porqué de una huella,
quizá el misterio como un oráculo nunca dicho,
tal vez la luz infantil de mi risa
o el dolor infinito que traspasa la piel de las horas
se oculten bajo un himen de aparente realidad.
Como el talismán secreto que imagina el surco de un seno
o la penúltima palabra que aprieta mi puño
antes de ser molécula de aire,
así el silencio que no quiero compartir
en el día de los días que fueron.
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