lunes, 15 de octubre de 2018

Mi pluma



Es la forma dulce del pensamiento, el alfil que escribe
la noche, el día y el sueño. Se posa en el papel vacío
con la caricia de las letras amantes, suda un misterio azul
en su discurrir alegre, exhibe el rubor de la máscara y le da luz
al imposible. Admiro su lisura cuando se alza entre mis dedos,
es frío el instante del tacto para después rozar la piel
con la sonrisa de un punto y seguido que no cesa.
Es la reina del color, de la ebonita y del aliento dorado
de la espiga. Cuando la dejo reposar en mi bolsillo calla
como una niña triste pero yo la arrullo y le digo que me espere.

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