A veces pienso en un mundo imposible,
flores muertas, la estrategia de no saberme
yo ni nada. Como un fantasma que hereda
los vocabularios, un hombre que inclina
sus versos hacia la razón sin conmoverse,
lo mismo que una estatua que rememora
la infantil duda de su creación, así yo
en el circulo de los espejos, así nosotros
cuando callamos tiempo.¿Hay un vestigio
que herede su máscara?, ¿hay, acaso, fieras
lúgubres que impidan la luz en las horas
del mar?Yo escribo sobre la raíz que encuentro
en mis silencios, escribo con dos notas que sufren
la inclinación del árbol o la ventisca que todavía
crece en mi memoria. No lucirán mis palabras
el resplandor que esperas porque ya no soy la llama
ni la fiebre, solo un ascua que se refugia en tu nido de paz.
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