El blanco, ¿no es pureza?¿Por qué mi oscuridad,
mi fondo, el arbitrio, la insensatez de una línea,
la grafía que no amo, escriben los signos como
un imán desnudo? La gloria de una frase simula
la muerte. Los renglones del poema saltan igual
que olas hacia el rostro que no eres. Un mensaje
en azul, la tinta y su relieve, la ausencia del filo,
la fragilidad de un pensamiento que se escapa
sin un sol. El papel es una mano abierta sobre
un cielo interior. Crepitan los músculos de una
inspiración sin cadenas sobre los márgenes
que sufren. Se arma un deseo o una quimera
o una razón o quizá la naturaleza de unos versos
incólumes para que alguien derrote a su abismo
y encuentre el paraíso en los pétalos de un párrafo,
en la concatenación de una coma, en los puntos
suspensivos del sueño.
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