martes, 2 de diciembre de 2025

La paz interior

 

Ese escenario que en su ósmosis se reproduce en ti

con ensueño y a veces, con una fósil melancolía de paraísos rotos,

viene desde el norte de tu corazón y no sufre el duro impacto

que en las pupilas abiertas desnuda tu fe, agosta tu esperanza.


Son tus deseos al sol, de ángel o demonio, es el candil

que ilumina tu terquedad cuando el amanecer estalla

en olas fúnebres y el hoy anuncia lo improbable,

lo inusual, lo que llega así,

de pronto, sin avisar.


Pero al fin has encontrado una paz de lluvia alegre,

y en la hendidura de tus pestañas un oasis de flores

fluye por el jardín de tu sangre mientras arden la pasión

y el frenesí, la dulzura y el eclipse que ensombrece

los rayos puros que hieren el árbol donde tu sombra aún es azul,

como el mar o el cielo que contemplas

si abres los ojos al silencio del día, 

o al cenit de una noche imaginada.


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