Es tan suave, tan persistente su fluir como un eco
en la densidad del latido, llaga que no cerró la marea
indolora de los días, perfume que inhalo como una flor
de nostalgia, voz de humo que penetra en el pulmón
del pensamiento para ennegrecer los rescoldos de una paz
que ha perdido la luz en los candiles de mi memoria.
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