Soñé con ángeles
de fuego en la faz de la luna,
soñé con un
mar de amapolas color azul ceniza,
soñé
pizarras de látex como tejados de chicle en tu camisa,
soñé esdrújulas
en el arpegio de los viernes cuando la noche declama,
soñé con
esferas de rojo carmesí en los labios entreabiertos,
soñé las
edades que no fui en los ojos dulces de un amor perdido,
soñé con un
sur donde la nieve crecía bajo un árbol de escarcha,
soñé que no
era yo quien soñaba, sino el espejo que, traidor, se divertía.
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