Es de día
pero el cielo está oscuro como pez,
a la noche,
en cambio, solo hay resplandores,
una furia
amarilla que no cesa. Los sonidos
se
interrumpen como si el viento del dolor
ahogara el
canto de las armas. Abrázame,
mamá, que
tengo miedo. ¿Por qué, Dios, no
nos protege?¿
Por qué los ángeles no llegan?
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