viernes, 25 de febrero de 2022

Las palabras

 

Yo te escucho y eres un cofre blanco,

la palabra es un don de terciopelo

que se ancla a los labios

como el muérdago a la corteza.

 

Hay un adiós en el trino de los acentos,

un significado que muere en la voz oculta,

un narciso imberbe que interroga a la oscuridad

de la palabra no dicha.

 

Yo te hablo con la luz en los párpados,

quiero un resplandor que anuncie mis clarines,

quiero decirte en silencio lo que tú esperas oír.

 

Lo mismo tú con el estribillo de las pestañas cálidas,

el verbo que se inclina hacia mi alud,

los adjetivos bárbaros del deseo,

la construcción gramatical de tus pechos

cuando susurran y yo noto su ardor.

 

Las palabras nos nombran sin querer,

en cada sílaba late una canción dormida,

en los perímetros de un fonema

viven los iconos del azar.

 

Porque se habla desde el ayer y aún no lo sabemos,

no lo sabemos.

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