Cualquier ruido sobrevive en una huella.
Llega, Milagros, con paso de ángel, tú aún duermes.
Pinta la claridad mariposas en los zócalos,
el alba irrumpe como un jazmín etéreo.
En las fotografías un soliloquio del ayer, persiste.
Pisarás las grecas con tus pies sin nombre,
en los alféizares las palomas gorjean, sacerdotisas de la luz.
Huele a café recién hecho, a pan cálido.
Levantémonos.
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