jueves, 27 de junio de 2019

Islas

En esa vida paralela que son los recuerdos
hay islas donde descanso.

En la primera, está mi casa como un vientre o un redil,
como una galería de habitaciones difusas,
como el portal que acogió la telaraña de una familia,
el frenesí de los pájaros antes del vuelo.

En la segunda, la adolescencia que brotó sin los paraguas de la razón,
al límite la osadía del grito y su voz de margaritas deshojadas.

¿Qué diré del archipiélago de la juventud?
lluvia en el rostro del jaguar,
deseo de vivir en ti con un tambor de histeria
entre las manos.

Cada isla es un refugio, cada edad un muro
donde el tiempo dibuja una ventana.

¿Y la madurez de los párpados caídos,
con la nostalgia del infante y el crepúsculo ya un imán
de flores sin agua?

Escribir un poema para volver a ser yo,
el que hoy respira, el que se asombra
cuando las imágenes regresan
como cuerpo, latido y presente.





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