sábado, 16 de febrero de 2019

Paisaje

¿Faltan los pájaros?

La llanura inmensa como un lamento ocre.
Un aspersor de agua cubre las semillas en calma,
el ganado enflaquecido por yugos y sol.

La canícula es verde y cae lo mismo que lluvia de mercurio
en los ojos, habita el gusano la idiosincrasia del terrón,
la brillante sed del esqueje.

Morirá el día con un ocaso de esplendor,
el jornalero calla, toca su vientre hundido,
su camisa, el algodón imperfecto sufre la locura del hedor.

Las codornices vuelan bajo,
buscan el matojo donde depositar su excremento,
fino y múltiple, caliente en su perfil de insolencia.

Continúa en el alquitrán la música de los olivos,
tres cuartos de distancia y la sinrazón,
el azote de las varas y ese ejército esclavo
que imagina el compás de las horas,
la lucidez de las hormigas que sueñan troncos, jardines,
espectros en la memoria de la luz.

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