domingo, 26 de marzo de 2017

La claridad



Hoy retorno a las cosas más simples: mi cuarto oscuro,
el pasillo estrecho, la luz de la mañana en los pies fríos.
Este hogar es un abrazo de paredes amigas, un horario
donde no vence el tiempo sino la alegría de la claridad
que se entrega como una flor o un fruto caído. Siempre
acude fiel el rito luminoso del despertar y es una campana
muda la filigrana de los cuerpos conocidos, su mecánica
de juguetes olvidados en rincones grises que de pronto
alegran el día con los ecos que invocan la familiaridad
de los nombres, el arbitrio de los cometas tras el sello intacto
de los sueños, igual que un párpado que alza su lucidez hacia este sol
que invade sin propósito mi habitación y la desnuda de oscuridad.

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