Hilos de una sola luz. Los márgenes que dudan,
la sensatez del miedo, el orgullo debajo de las sábanas,
la cicatriz incolora de las heridas. Aquí esta mi cuerpo
que es un mapa o un río que se muestra. La primera llaga
y el primer grito en la noche, los juegos eternos-en el presente
o en el ayer-como sangre que fluye en un reloj olvidado.
Mi oración que subyuga los horarios, las serpentinas
en el aire sin raíz ni alas.¿Qué es uno cuando escribe
sobre su piel los latidos ante un rostro inmóvil, qué es uno
cuando abraza la lluvia o escucha un sol que se divierte
haciendo cosquillas a la senectud? Como la invisible huella
de un recién nacido en los espejos busco lo que no permanece,
el himno de la sinrazón en la frágil arquitectura de las nubes,
los pasos que ya no existen en el borroso horizonte del mar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario