Es bonito compartir las cosas perdidas.
Una calle, el viento, el mar más oscuro,
las palabras alegres. Es bonito imaginar
que somos otros: tú conmigo, yo sin ti.
Porque el amor tiene un don oculto que
es la generosidad. Cuando te veo las águilas
azules regresan, por un momento somos uno:
tú con otro, yo sin mi. Entonces miro las nubes
del cielo, sus formas, tus formas, tan efímeras.
Y pienso en ti y en el otro, y es como si soñara
el futuro, un futuro en el que no estoy, tú si.
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