Un par de bares
-el Bocatín y la Vinícola-.
El súper enfrente del portal
y la farmacia en la esquina.
El quiosco de la acera ancha
y la mercería de Carmen.
El garaje de Dimas
Ningún gimnasio,
ni bazar chino
-eran otros tiempos-.
En definitiva lo que había en cualquier calle
que no estuviera en el centro.
Salvo la farmacia, ya nada existe.
Aunque tal vez me equivoque.
Porque si cierro los ojos,
allí continúan los bares,
el súper, el quiosco
el garaje y la mercería
desafiando el paso tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario