viernes, 5 de septiembre de 2025

El ángel sin alas

 

Esa sombra de lo inverso en el cáliz que recoge

la gratuidad de la sangre, un alfiler que niega

la virtud al clavar el fino acero en la palidez

de un rostro que no mira al horizonte lejano

del porvenir, y es que ya no vibra el misterio

de los músculos, no late la pasión ni la flor

de la alegría asoma a unos ojos que miran sin ver

la belleza que rodea la visión en penumbra

del día, languidece el tallo de la juventud,

la esperanza es un árbol que llora la caída

hacia la raíz interior donde el silencio se ha

convertido en mar y no hay un faro que alumbre

las horas que vendrán porque lo que llega

es una música de pífanos tristes y la melancolía,

como un féretro blanco que se abre a la bruma

del los atardeceres declina hasta que la noche

pone en los labios una mudez extraña, un sonrisa

que añora la infancia perdida, un claroscuro tenaz

que se alza como nimbo y circunda la orografía

de la piel, el contorno de un cuerpo casi inmóvil,

sin la llama en el corazón, sin el impulso ágil

de la vida fluyendo por las venas hasta la risa

y el abrazo, la ilusión y el amor ausentes

del innombrable cristal donde no ya se refleja

el ángel que dona sus alas a quien con valentía se ve

en un oasis de luz que ilumina el perfil irreal de sus sueños.



No hay comentarios:

Publicar un comentario