Sigo en la penumbra de este túnel, como un pájaro
que ya no puede ver la luz. La oscuridad finge
que es mi amiga, la noche calla y entrega
su manto de sombra. Me alumbro, tan solo,
con mis recuerdos, su pábilo y su temblor
son dos pupilas en un fanal marchito. Al pensarte
retorna la alegría, entonces vuelas hacia mí,
el túnel ya es blanco, la claridad una línea
que viste el deseo con el aire del mañana.
Por favor no le digas a nadie mi secreto
y vuelve a ser, una vez más, el ínclito
ángel de la luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario