Porque aprecio la vida tengo costumbres.
Abro la ventana al sol y a la bruma,
al viento y a la calle, a las estaciones
que me regalan frío y calor,
flores y nieve, luz y horas negras.
Aspiro el aire que es una bendición
de oxígeno fugaz que va y viene
como el beso de un ángel tímido.
Te busco sin buscarte pues estás aquí
a mi lado como sombra que abraza
la estatura del amor que nos une.
Corro en sueños
por la vía láctea
de tu nombre.
Mi vigilia nunca es estéril
si en el trasluz asomas
como un pájaro de azar
que me lleva
a su nido celeste.
Porque aprecio la vida no soy libre de vivir sin ti.
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