martes, 13 de noviembre de 2018

El espejo

Otra vez estoy ante ti, pulido eje del tiempo.
Es curioso tu don de infinita verdad, fotografía que huye de sí,
cosmos que vive en el cuadrángulo o en el círculo de tu pureza.
Ayer te vi o me vi a la hora en que sucedo,
la misma hora que se columpia entre los días y camina hacia la muerte.
Tu perfil de cornucopia y la luz amarilla,
la lisura de tu cara que es un reflejo de paz,
el orden estático del encuentro
-que yo busco como un alevín de la nada-.
Han venido los años supurando arenas y mercurio,
vuelvo a tu hogar de azogue, ciego y mudo por no hablarte.
Puedes ver que aún soy yo el que finge esta mueca del pasado
ante tu oro sempiterno que jamás se apiada.
Te guardaré junto al sueño, allí donde se pose mi rostro
y serás testigo de este silencio opaco
que es solo una forma de no volver a ti,
de ausentarme para siempre del mañana.


No hay comentarios:

Publicar un comentario