La similitud es un nombre.
Cuerpos sin refugio, horas
tristes como el mar herido.
Persianas entreabiertas al sol
de agosto. Mi reflejo en la nube,
tu reflejo en la nada. La brisa
llega como un corazón frío,
se posa en mis manos
con su dulzor de nauta.
Languidece la luz y tú
que ya no estás.
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