sábado, 6 de diciembre de 2025

Pupilas

 

En lo hondo de vuestro pozo está la vida, quien os ve

no hallará un espejo, quien os ve sabe que en lo oscuro

hay algo más que un azogue donde lo real asiente, acompaña,

juega a reproducir aquello que forma una única verdad,

la que yo administro, pues no solo imagen es el espacio

que hago mío, en ese tapiz tan íntimo hay palabras de luz

que fluyen hasta ser pensamiento, y en ellas descubro

otro jardín, porque crear es revivir lo vivido, rehacer

los hechos con ojos que miran al interior, allí donde

las flores de la realidad no existen o ya son olvido.

viernes, 5 de diciembre de 2025

Mí índice recorre el mar de tu piel

 

Detrás de los abalorios hay un liso continente

que ampara al sol del deseo, en el roce puro

de la enagua, bajo el blancor que viste de rocío

tu intimidad, tras la floja caricia que el algodón

regala al suave océano que es como una nube quieta

el frío intuye un espacio donde verter su estéril temblor

de manantial que anuncia ya el fin del invierno, y así

la fina pátina, tu mapa inhabitado, el confín donde aún

nadie descubrió el tesoro que guardas se convierte

en un sueño que surca mi índice, sin otro rumbo

que el que señalan las venas azules de tu alba piel.

jueves, 4 de diciembre de 2025

Imágenes de mí

 

En su perfecta nitidez de mapa que dibuja los contornos de la piel,

el rictus que en el instante detiene su transcurrir por si se fija

en la memoria de la luz el frágil segundo que después morirá

bajo la paz de los relojes, la finitud que confunde ayer y mañana

con el flujo del río fugaz que nunca será vivencia de la piedra,

lo que ahora el espejo me devuelve, tan extraño a la fisonomía íntima

que engaña mis noches, ese inútil refugio que en el sepia de un papel

es magia del tiempo sostenida por la pose ya anciana de lo que fui,

y el misterio que nace de los ojos a los que llega el perfil

de mi estatura, el racimo de los días en que me desgrano

como cereal desnudo, la imagen que doy, jamás del alma,

únicamente la de un cuerpo que mira en derredor la única

realidad que para él existe, la de los otros.

miércoles, 3 de diciembre de 2025

El hombre errado

 

Soñé con el tigre que anidaba en mis manos

y fui sombra antes que luz, desembocadura de río

antes que manantial, ascua antes que fuego.


Junté palabras en la mudez de los labios

y no les di voz, ni sentido, ni orden.


Tan seguro, con la terquedad que la infancia sembró

en mi espíritu volátil, pisé en el vacío

las rosas azules que solo yo dibujé

con mi torpe trazo de niño.


Llegó el sol para morir en la palidez de mi luna

entre suspiros que negaban la razón de su querencia.


Creí comprar oro y recibí el metal inane que imita su color.

martes, 2 de diciembre de 2025

La paz interior

 

Ese escenario que en su ósmosis se reproduce en ti

con ensueño y a veces, con una fósil melancolía de paraísos rotos,

viene desde el norte de tu corazón y no sufre el duro impacto

que en las pupilas abiertas desnuda tu fe, agosta tu esperanza.


Son tus deseos al sol, de ángel o demonio, es el candil

que ilumina tu terquedad cuando el amanecer estalla

en olas fúnebres y el hoy anuncia lo improbable,

lo inusual, lo que llega así,

de pronto, sin avisar.


Pero al fin has encontrado una paz de lluvia alegre

y bajo la hendidura de tus pestañas un oasis de flores

fluye por el jardín de tu sangre mientras gritan la pasión

y el frenesí, la dulzura y el eclipse que ensombrece

los rayos puros que hieren el árbol donde tu sombra aún es azul,

como el mar o el cielo que contemplas

si abres los ojos al silencio del día, 

o al cenit de una noche imaginada.


lunes, 1 de diciembre de 2025

Nudos

 

Del cabo o punta la ilusión de volar, sin embargo el vínculo

fuerza ese cruzarse sin adioses por los invisibles caminos del aire,

en su núcleo la fuerte trabazón que anilla la piel del esparto

con la promesa de fidelidad al unir dos delirios que coinciden

en no reconocerse como pájaros; dibujos o símbolos en la sabia

herencia que entre los dedos fluye hasta que en la doblez

de los ojales la forma definitiva instaura una función, tal vez

de lazo que sostiene dos alas que nunca quisieron separar

su horizonte con la distancia que se propuso ser lejanía;

en su fiel designio no hay amor, una rosa múltiple, una flor

de pétalos de cáñamo es su estandarte, y desde la tenaz

sujeción solo un grito mudo responde a la hilatura libre

que fue demanda de un sueño: estoy aquí para que el abrazo

que te doy sea tu más constante y ejemplar compañía.

domingo, 30 de noviembre de 2025

Soy especie

 

Sabré que era pluma cuando el aire diga mi nombre

entre voces sin origen.


Puedo entender al río de novísimas moléculas

que ejercen su tiránica fe en remolino o en cascada,

tal vez armoniosas bajo un fluido lento de eternidad.


Y soy atril de palabras no mías, en un coro que suena engañosamente único.


Quisiera un mástil en mi barco, rotundo, noble con su velamen

que ante el viento no claudica.


O ser el estallido de la flor, una flor-roca que nunca conociera

la solidaridad del perfume, el racimo o la jactancia de hermandades

que en el jardín del tiempo se unen para testificar la armonía

de una misión común.


Pero, ¿y abril y los puentes rotos?, ¿dónde el fugitivo,

el apátrida que buscó un sello de identidad en los mapas de la luna?


Acaso fui alguna vez soliloquio entre la marea

si jamás supe del grito ante el silencio atroz de los pájaros.


Si solo en el ardid o el misterio, en la mentira que tapa las raíces

que extienden su mar por todas las esquinas

donde se dibuja la ingenua faz del individuo

hallé el rostro infantil de mi sombra.


Si mi latido sonaba a eco entre los corazones sin autor de los enjambres,

si en mis huellas no nacía ningún árbol en soledad.


Si volví a los surcos de la memoria solo para descubrir

que soy herencia de un crisol que en su núcleo no dejó más rastro

que el que deja el agua en el invisible tamiz del olvido.


Así es como con la luz fugitiva que ahora muere en la piel de los hombres

doy razón de mi paso sin dejar cicatriz, ni en la voz del recuerdo

ni en los ojos que ya no consiguen ver el perfil desnudo 

que desvela mi auténtica estatura.