lunes, 12 de mayo de 2025

Volver a empezar

 

Sin el rostro, sin las alas de un pájaro

de mármol, sin el maquillaje del iluso,

sin la cicatriz del miedo en el navío

del azar, sin la ceniza que impide

el fulgor del ascua, sin la sombra

que amanece en el jardín de la luz

más clara, sin el peso de mil errores

en el corazón de una lágrima de plomo,

sin la cuerda que une los días del eclipse,

sin la lluvia que moja la sinrazón de lo elegido.

domingo, 11 de mayo de 2025

No pasará

 

Y pasarán las auroras y el negro de las noches,

los trenes del silencio, las hojas caducas de todos

los atardeceres del mundo, la longitud de mil olas

en las playas dormidas, la música que en cualquier

bar sin nombre suena triste como una canción mutilada,

los cuerpos crecidos sin edad, el neón que parpadea

en los arrabales de un país sin gente, los domingos

que huyeron al sur de mi herida, las aulas donde el idioma

de los números se escribía con tildes de ilusión, los ritos

de la ciudad como una cicatriz en la piel de nuestra juventud,

la risa de los viernes en las plazas insomnes, el amanecer-niño

de la imprudencia vertiéndose en el sol de un corazón irreal,

la vecindad de un eco que surca las calles del adiós; pero no

pasará esta voz que recuerda tu ropa, tu perfil, tu rostro

al nombrarte bajo el dintel de los días que no callan.


sábado, 10 de mayo de 2025

El clamor del silencio

 

La boca abierta del grito, inhumana,

no se oye en los espejos, no es párpado

que se abre al horror como un himen blanco,

no sube por las colinas del aire con las zarpas

del aullido en los dientes, no regresa después de asolar

las conciencias con su espasmo nocturno de duelo y ceniza.



viernes, 9 de mayo de 2025

Ensamblajes


Aproximándose como morfologías mutiladas que esperan rozar
en plenitud sus aristas, la curva del arco iris con los múltiples
colores que refracta la lluvia, el hueco donde el aire quiere ser materia,
los labios que se unen sin ningún pudor, la cóncava pieza que culmina
el paisaje final de un puzle, la tuerca y el tornillo que se enrocan,
suben y descienden por el aro y el canal entre los dedos que asen
con firme decisión la herramienta, acople de vástagos, del rito y la comunión,
sexos que comparten la primigenia voz del éxtasis en un canto de amor,
letras que un niño coloca en el lugar exacto donde formará su nombre,
el botón y el ojal como una ventana que se abre a la luz, los engranajes
ocultos de un reloj que palpita, milimétricas las piezas de un artificio
que mide los pasos del tiempo, el revólver y la bala en su interior,
la llave en la cerradura que me abrirá tu casa, un anillo de oro
en el dedo corazón, un pendiente que atraviesa el perfil
de tu lóbulo donde un ónice brilla con sus franjas blancas
y negras formando un solitario cáliz, una única flor.

jueves, 8 de mayo de 2025

Metáfora del existir

Caerá del árbol de la vida la hoja de mi otoño,

en él fui tallo verde, fruto que madura al sol,

habitante de una rama que proseguirá, sin mí, 

su ciclo.

La isla

Fuiste el recortado eje de un abril sobre la cintura

de un mar en sombra, en ti el rayo solar confunde

la ceniza gris con el jardín retorcido por la sed del aire,

flora que vence a los trópicos desde su altar de niebla,

dama que en la testuz exhibes cintas de verdor que caen

sobre una espuma que roe la escarpia del acantilado

oscuro, no hay en ti arpegio de luna, briznas de arena

por el sur estallan en siroco impar, y arden las flores

en el relieve múltiple, corola en la lengua del viento,

cal de revoques que se arraciman por las colinas negras,

pálpito de volcán y tierra generosa con la flor del plátano

como estallido de oro, a veces la lluvia moja el acento

frutal de tu voz con lágrimas núbiles, una sábana de polvo

encierra el sudario de la calima, no está aquí la humedad

de aquel norte que sobrevive en la cicatriz de mi memoria,

volveré al haz que tus faros encienden al atravesar el corazón

del océano, camino por donde regresa el tiempo sin virtud

de los desfiles, ahora que al fin soy la estela de un tren azul

que dibuja sobre la piel de la nieve nubes de escarcha.

miércoles, 7 de mayo de 2025

¿Me he perdido algo?

Una conversación improvisada en el ascensor más allá del buenos días.

En el bar saludo por su nombre al camarero,
¿qué tal, Luis? mientras pone ante mí
un café bien cargado.

Me río con los amigos, voy a fiestas,
mi móvil suena continuamente,
yo respondo en cualquier sitio,
siempre amable.

Casi nunca paro en casa, me invitan a cenar o a comer,
pertenezco a un club social con piscina y cancha de tenis
donde consigo buenos contratos para mi empresa.

No podría comprometerme con una única mujer,
¿quién elige un solo árbol cuando ha visto
lo profundo del bosque?

Creo vivir en plenitud aunque nunca hable con mi sombra
ni disfrute de los placeres tan íntimos que la soledad nos regala.

Tal vez debiera dedicar algo mas de mi tiempo a conocerme.

Tal vez.