A ratos imagino que no estás
para no sentirme perro de tu siembra.
Una luz sin ti no se derrama,
no siente la herida,
no ilumina la corporeidad de los segundos,
no graba el silencio,
no concita el rumor de un latido,
solo es vaho en un cristal que se desangra.
Al soñar me deslizo por tu vientre
con un beso húmedo
o una boca de marfil,
cuando hablas el susurro se convierte
en galope interminable,
cuando callas son tus ojos
el misterio de no mirarnos nunca,
cuando no estás te sustituyo
por mi ausencia, para así vivir contigo.
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