Este mar fallece en las olas invisibles,
en el haz que un faro abandona, en la
historia de la luz bajo un farol roto.
Cada ciudad habita un red de venas
azules sin preguntar por su sello ni
abrir la conciencia de su raíz límpida.
Cuando vuelvas sólo oirás el cándido
eco de una llaga, que no sea nunca en
ti el adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario