Esa era la decisión, no otra. Es cierto
que ante los caminos múltiples es fácil
sentir la duda. A menudo el azar pone
trampas que la mirada confunde con
un sueño de realidad; y es que hay en mi
un poso de infancia que jamás se desvanece..
Por eso te pensé palabra agradecida, piel
que roza mi espejo, navío que navega
el mismo mar. Como en un teatro roto
los decorados envejecieron, la ciudad
se perdió entre la bruma de los círculos
sin luz, los ideales durmieron, al fin,
su quimérica sinrazón. Ya ves que no
estabas equivocada. Otros paisajes
te dibujaron, otros cuerpos dieron
forma a tu cuerpo, bajo una red de años
compartidos. No sé si los días te han
hablado, si hoy aún recuerdas el instante
frágil en que un corazón se enciende. La
edad te mira desde su ayer de olvido y sabe
que en ese ramal de aguas sin voz ya
nadie te nombra. Seguiremos solos hasta
que se apague la memoria, la fe, la vida.
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