La fibra que engalana un sol. El parpadeo
de la magia en el corazón múltiple. La sonrisa
como un artilugio sin paz. La mano dúctil
que puebla el aullido de una herida.
Mil voces que son coro de un lamento.
El verdor de una lágrima, su eje hospitalario,
su abrazo de mar o de océano. La entrega
que fluye como un dolorido crisol inhabitable.
La sensatez descafeinada de un sueño.
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