domingo, 24 de agosto de 2014
La vista
En la plaza el agua es un símbolo roto.
Busco la lejanía, ese lugar donde el espacio
sea simple y la mirada construya
paisajes de niebla.
Desde lo alto, la cabellera de los tejados asombra
y es un artificio su color sin mácula.
Reconocer el éxtasis, la lámina del mar,
el puente que se adivina
como un hilo malva en el horizonte,
la quietud de las fachadas somnolientas
bajo la claridad de agosto.
Hay una paz sin dueño
que dibujan las gaviotas con su volar ausente,
hay ausencia en las límpidas terrazas,
hay aviones que sucumben a la espesura
del brillo y no regresan.
Me gustaría ser aire o ser luz,
tiempo que se arroja como un deseo sin patria.
Y después, no existir.
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