El aire con su sombra de calles.
Vigila,
visita tu signo donde el hogar
muere.
Ella no habla, solo indica esa latitud
que el refugio ciñe.
Hay música nocturna,
ruido de agua,
luces de abril.
Un día son sus pasos la flor de un eclipse,
otro día sus mallas negras van,
van,
y van
hacia mi índice.
El deseo... siempre el deseo.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, Marián, por pasarte por aquí y comentar. Un saludo cordial.
ResponderEliminarel amante, poco que decir y tanto que mostrar y la asión y el deseo
ResponderEliminaruna brevedad inmensa
el aire con su sombra de calles
chapeu
un abrazo
Gracias, Sandra, por la visita y el amable comentario. Un abrazo.
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