domingo, 31 de marzo de 2013

Las alucinaciones del viajero


Todo el mundo está aquí.

Porque hay color y cielo blanco,
árboles amigos, siembra,
pájaros sin alba.

Todo aquí es armonía,
tierra desvestida por la luz,
aire sin regreso, límpidas
cumbres de azabache.

Sólo en un instante de ciega memoria,
nada más que en el eco de ese tiempo pasado
que convoca la desnudez de un paisaje
puedo comprender mi locura.

Yo fui tránsito fugaz, molde de encina,
brizna de hierba, fruto que muere
como un carozo infantil.

Lejos de la ciudad el silencio vive,
la cigüeña busca el sol en un horizonte mortal,
los autos olvidan su músculo de acero y materia,
los carteles escupen sin piedad, palabras.

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