Su camisa dibuja un sol de bienvenida.
Sus jeans huelen a viento, a ola blanca.
No conocí la risa táctil de su noche,
tampoco el espíritu de su rubor.
Magia en la red de los dedos largos,
iris insondable o círculo herido.
Me gustan sus piernas de armonía,
el cuerpo sin nombre de la espera.
El tránsito de un reloj invisible
entre su luz y la nada.
vaya....imagino a la chica de la foto y sí, es como la describes...
ResponderEliminarno sé ya ni que decirte...sólo que me gusta leerte ¿para cuando un nuevo poemario en papel?
un abrazo
Lo mismo digo, Ramón. Precioso poema, balsámico a estas horas de la noche.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Antonio, la chica que inspiró el poema tenia cierto parecido con la de la foto, aunque no es la misma. En cuanto al poemario, me parece que "largo me lo fiáis". Un abrazo, compañero y gracias por la visita.
ResponderEliminarPD jajaja..ya veo que ni se te ocurre mencionar al Depor. Eso es lo que se llama ser bondadoso..
Tú lo has dicho...lo he pensado, cómo no, pero ni se me ocurre mencionarlo...pero como de hablar del Madrid, aunque haya enderezado algo -poquito- el rumbo...vaya temporada...
Eliminarun abrazo
Hola, Ramón. Gracias por pasarte por aquí y hacérmelo saber. Un abrazo.
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