jueves, 6 de octubre de 2022

Regresar a un recuerdo

 

En casa

 

El despertador no es necesario,

te abrazas a mí, son las siete.

 

En los estores un resto de luna,

en mis ojos el silencio.

 

Al salir

 

Mañana la calle será llovizna,

un cristal roto, un portal cerrado,

el súper no abre hasta las diez.

 

Al volver

 

Te recuerdo en un abril sin color,

tu desnudez era limpia como un río,

tu desnudez lavó mi noche.

 


El otoño y tú

 

Te escribí versos en un pañuelo de papel,
versos que querían ser blancos
como una nube.

Apareciste en la hora innombrable
porque no se puede nombrar el destino,
las hojas del otoño estaban caídas y no podía el sol crecer,
agotado por el aire húmedo de la tarde.

Piensa en la lluvia y en la noche,
los olmos de tu río florecen,
las playas de mi mar las vigilaba tu faro.

Más allá de los eclipses la luz es un átomo infinito,
una ciudad sin muros, una red que se expande
por la piel bajo la égida de los relojes.

Somos igual que venas azules, derramadas, rotas.

miércoles, 5 de octubre de 2022

Navidad

 

Y yo que en tu escalera fui estatua de mármol.
Veamos los horóscopos que el futuro es incierto.
Ni la piedra, ni el granizo, ni la sal de la ola, ni la lluvia
y su repetición constante, nos entienden. Oigo la caída
de un alud, y son solo voces y más voces, un estruendo.
Las uvas en tu vaso sufren, en qué fecha vivo que no imagino,
siquiera, la celebración. Reid, cabalgad el aire, dejaos querer,
que, para vosotros, siempre la mesa estará servida.

lunes, 3 de octubre de 2022

El semáforo

 

A veces me detengo ante los semáforos
como si fuera un náufrago que contempla una isla de neón.

Se abrió la luna y descargó amapolas, bailaron los ejecutivos,
las náyades obreras, el mirlo fue una nube-oscura-,
el unicornio regresó al edén de los cimarrones.

Han crecido los bulbos del camposanto, ya lo sé
-hay muertos que reviven sin querer-
el bastón de Chaplin golpea en mi mortaja,
Marilyn bebe ajenjo oculta por un parasol,
un lagarto lloroso maldice la belleza del príncipe que fue,
me dijo que en sus labios dormía un ruiseñor sin alas.

Se despliega ante mí un mercado de plata, almíbar y eclipses,
en el interior de una célula un dinosaurio es un ser minúsculo,
el reloj que te regalé ha mudado en árbol sin hojas,
los cascabeles de tu cintura me guían, ¿hacia dónde?,
los clavicordios interpretan una música de enjambre.

Todo esto lo soñé cuando esperaba el verde,
junto al redondo cristal de un semáforo en las afueras.

domingo, 2 de octubre de 2022

Gracias

 

Tu alegría me basta,

encendida eres un sol pequeño

que ilumina mi sombra.

 

Y me llevas de la mano

y me alzas con tu vuelo de pluma,

cantas de noche como un búho alegre,

con tu cuerpo abrazas el corazón de la luz

y me lo entregas con rayos de amor en su pálpito.

 

Ríes y tu voz trina como un pájaro al amanecer,

a mí que no creo en el futuro me enseñas territorios de nieve,

islas tropicales, un hogar donde reine la paz

y nos aliente una brisa cálida.

 

Me contagias como un árbol contagia de vida a su flor,

me doy por entero a ti, igual que la corriente indómita

me llevas al azul, te defines río.

 

Y ahora, nada conmigo, enséñame a vivir.

 


sábado, 1 de octubre de 2022

Vencedores

 

Amo la lluvia porque cae y no se detiene.

 

Me moja su aliento líquido

en las adormecidas tardes del café.

 

Recorrí el cristal donde dejabas tus huellas,

no vi más que una sombra que huye. 

 

Caminar es tan simple como el rito de la palabra,

mecánica doble que ejercemos sin querer. 

 

Acercarnos a las orillas, 

descubrir la soledad del extrarradio,

y luego la nostalgia del frenesí de los bares,

sin el río,

ni el árbol

ni la escombrera.

 

Presentimos dos luces en una sola luz,

el sol es un espectro, mientras la noche brilla

desde un pedestal en llamas.

 

Tú te desnudas en el alcohol,

y yo me visto con un ropaje inventado por ti.

 

De muy lejos llega la música para nosotros,

dime que hay un perdón por existir

que no nos compete, dime que,

en este momento, y ya para siempre,

hemos vencido.


jueves, 29 de septiembre de 2022

La sed

 

El auto camina lento, es un pájaro que sueña.

Tú te vestías de sur con un traje liviano de colores.

En junio los frutales dejan caer los carozos,
su pulpa derramada.

Los puestos de la carretera se exhiben al sol:
fresas, el amarillo del melocotón, las sandías sin abrir…

En nosotros reina el horizonte,
la raya azul del océano,
las casas de cal como dientes pulidos,
el resplandor de los tejados en el valle de la luz.

El verano llega con sus luciérnagas heridas,
la playa abraza tu cuerpo y son espuma tus labios
al besar mi silencio.

Por la noche los fuegos artificiales en la bahía,
y una sed infinita de beberte toda.