sábado, 8 de marzo de 2025

Tú eres mi sirena

 

¿Y si no hay mardónde la gracia de tu baile

entre ondas de espuma blanca?


Es tan suave, tan armonioso, tan seductor

el canto que en tus labios germina

igual que un cáliz de lujuria.


Un coro de delfines te acompaña por las crestas

invencibles de un océano sin paz.


Rizos dorados que caen sobre tu pecho de añil,

la plata brota de la cintura en sortilegios

que brillan como collares al sol de una luz sin alma.


No anuncias mi nombre en tu isla de coral,

es suficiente el eco indistinguible de una música 

que llega confundida con el rumor del mar

a mis oídos.


Con la aurora te muestras, con el crepúsculo te escondes,

al mediodía cantas, con la voz del ensueño,

y yo te sigo, sin pensarlo.


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