Si buscas los rescoldos del amor
en la infinitud de los bolsillos,
si has callado tu verdad
porque no había un aplauso insomne,
si la pausa aguijoneó los recuerdos
y una pantera mordió tu corazón distraído,
si abres las persianas a la vida
y nubes que creías muertas
ensombrecen tu piedad;
no llores,
ni tampoco escribas
en el trasluz del día palabras ausentes.
Tú caminas entre zarzales oscuros,
y lo sabes,
sabes que el viento es huida
y que no hay asfalto para la muerte,
solo adoquines que improvisas
si alzas los párpados
y te encuentras con las hojas de un calendario
donde ya no está el sueño que olvidaste
entre tus muslos de niño.
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