Demasiado azul en la boca.¿Quién soy yo,
pobre enigma errante, descuido de marzo
que se entrega a la pura claridad del día?
Antes la palabra abrió un camino(es curiosa
la condición del tiempo, su privilegio en el hoy,
la fantasía de las horas entre un refugio y otro)
para que nadie edificara la soledad o la desesperanza
en la luz.
Así las noches de cúpula inmortal, de alcohol
mimético, con risas y canción, con la amistad
desleída como un himno desgarrador.
Y yo, concibiendo anatemas en epístolas doradas
donde el sarcasmo traslucía la inmadurez
y el desdén.
¿Por qué la gratuita muerte, para quién su magnifica voz,
su destino o su verdad?
La isla desde lo alto es una lágrima pétrea, me alejo al fin
de su extraña indolencia, del cálido enjambre donde habita
la flor del absurdo.
eres poesía
ResponderEliminarbrutal poema
Muchas gracias, Sandra, por pasarte por aquí y por dejarme esas palabras. Un abrazo.
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