Nunca se siente, hasta después. Su paso es leve,
de polen que lleva el aire o palabra que se ha ido.
Su fulgor sereno penetra en la piel, come en la
fuente de los sentidos y deja un poso dulce
en los labios. No se puede compartir porque
late en la sangre como las cosquillas de un dios.
Con el tiempo es pan de nostalgia, luz de vida,
muro de amor. Con ella negamos la muerte
y proclamamos el ser.
"Su paso es leve", si...la felicidad está hecha de pequeños instantes, de detalles...que dejan "poso dulce en los labios".
ResponderEliminarBrindo por los instantes...éste es uno de ellos.
Sigo leyéndote