jueves, 27 de diciembre de 2012

Volverás

A la hora de la hora de qué primavera amaneció.
Los lugares comunes han dejado de serlo, la rutina
que parpadea en los labios, la esperanza de los otros,
el miedo que guardo en mis bolsillos me acompañan
en esta noche azul. Por una vez soy consciente de mi
soledad como un niño que observa a su alrededor
y no ve más que un mar plano, inerme. Pero las luces
se niegan a obedecer y las palabras visten un traje
de solidaridad y dulzor. Salimos como eternos
náufragos hacia el confín de la luna. Nos sigues,
esbelta, cómplice, perdida en tus sueños de lujuria.
Te miro sin poder verte hasta que enciendes tus alas
y me cubre tu sombra. Sé que volverás como vuelve
el amanecer a su aliento porque hay sed en tu corazón
y en tus pechos ternura. Porque lo mismo que yo
te desconoces y aún esperas que sea tu cuerpo
la verdad o el fin, el éxtasis o la nada.

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