sábado, 29 de diciembre de 2012

1 de Noviembre

El cielo ha columpiado tu raíz. Estallan
los árboles en juegos de mansedumbre,
con ramas como grises panteras,
con laberintos sin sol, con la piel
que se vierte en flor y no avisa.

Hoy el desfile es un sueño de abrigos,
las palabras no dejan huella porque su cicatriz
ama el arcoíris del lamento y no existe canción
que desnude la verdad de las horas
con su latido de estertor.

Llueve en las escamas de noviembre,
los arpegios visitan la firma del yugo,
la posteridad que arrodilla el recuerdo
con la monstruosa sed de la inercia.

Entre la marea, los flujos de la bondad,
sus historias de narciso que miden las fechas
como el alguacil los tesoros del tiempo.

Regresaré al orgullo de la pasión con los
alfiles encendidos de la inmortalidad,
mientras viva el eco azul de tu ser
será mi razón la memoria dulce del frio.


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