miércoles, 18 de enero de 2017

Todas las rutas

Ni tú ni yo tenemos confín, somos alas e infinitud,
mares desconocidos y cordilleras que se abren
como un beso. Somos el viento que se inmola
en la luz, el agua inmadura de los ríos, la ceniza
que cae como ausencia en las huellas que dejamos
cuando fuimos estela. Son un círculo rojo los caminos
(el pensamiento que viaja antes del sol, un abrazo
en viernes cuando las plazas de París brillan tras
el fulgor del agua, los rododendros que el calor
marchita, la arquitectura de tu paso en adoquines
azules que lloran de claridad y sueño)su frontera
crece al sur como espigas en sazón, su álgida voz
me devuelve el arrullo de los pájaros sin memoria,
la libertad nos llama por nuestros nombres al surgir
como aire fugitivo. Todas las rutas imaginan ser rutas,
las nuestras responden como arcos salvajes y apuntan
al sol y más allá hacia lo oscuro. Abrázame si el sueño
ya no es materia, ni futuro, ni lujuria que en su avidez
nos une. Yo te llamo con mi plegaria para que ilumines
con antorchas de azar el destino. Nos espera la cruz
del misterio, los ojos blancos que alumbran la incertidumbre
de ser o no ser lo que una vez quisimos ser.

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