domingo, 18 de diciembre de 2011
No pude evitar la caída
No pude evitar la caída, la naranja
que se cruza en la horrible sed del látigo,
el corazón que ya conoce su destino rojo.
No pude evitar la caída
que fue ángel
y luz o dinosaurio de los días sin alba.
No entendí que el tiempo nos domaría
como a un león sin rostro ni que las horas
nos entregarían su noche de filtros y nieve.
No pude evitar la caída y desde mi horizonte
eterno palpo la tierra mientras la mirada busca
un sol que despierte al niño que naufraga
en su alud.
No pude evitar la caída.
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De nuevo, un placer leerte Ramón.
ResponderEliminarun abrazo...
Gracias, Antonio, por leerme y comentar. Un abrazo y felices fiestas.
ResponderEliminarComo siempre un /placer, leerte/. Te felicito.
ResponderEliminarFelices Fiestas Navideñas.
Un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGracias, Begoña, por acercarte a mi blog y comentar el poema. Un abrazo y felices fiestas.
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