Un episodio de luz entre la araña y tu nombre.
Hay sinrazón en las órbitas de una fotografía,
en los cuadros, en el sol que ya no se anuncia.
Mi casa como un colibrí exhausto, mis juegos
que añoran la sombra gris de un espejo
o la doctrina de un balón que viaja
de tu áspid al mío.
Pronto llegarán las luces,
pronto la risa, el rebumbio,
el silencio y su tiniebla.
Pronto el ejército de los niños confirmará
la plata. Pronto será un haz
la memoria revivida.
Qué bien escribes, tocayo. Este poema no tiene desperdicio. Esa infancia tardía oscila entre lo dulce y lo inquietante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Ramón, siempre es una alegría verte por aquí. Un abrazo.
ResponderEliminarEs tarde...me gusta leer a estas horas, cuando todo está en silencio y sólo se oyen los poemas...y me gusta pasar por aquí y encontrar tus letras...Un placer.
ResponderEliminarEn unos meses además de poemas hablaremos de fútbol ;)
Felicidades...yo también me alegré ayer.
un abrazo
Gracias, Antonio, siempre es una alegría verte por aquí. También hablaremos de fútbol, claro que si, ahora que el Depor vuelve a primera. Un abrazo, amigo.
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