Veré la diminuta forma de mi cuerpo en tu mar profundo
allí donde los paisajes me visten con tu verde y vuelan pájaros
en la cristalina ventana que jamás cierras cuando sientes
la cercanía de mis ojos en los tuyos; en la quietud de tus iris
hay un fulgor de meteoro que cruza los paraísos más negros
cuando la noche, con su llama boreal, amanece y da luz al misterio
que aproxima una faz a otra faz, espejos son los iris en los que tú
me ves a mí y yo te veo a ti como si se tratara de un film con dos
personajes que, a pesar de sentirse unidos, nunca están juntos.
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