lunes, 29 de junio de 2015

Balcón frente al mar

La similitud es un nombre.
Cuerpos sin refugio, horas
tristes como el mar herido.
Persianas entreabiertas al sol
de agosto. Mi reflejo en la nube,
tu reflejo en la nada. La brisa
llega como un corazón frío,
se posa en mis manos
con su dulzor de nauta.
Languidece la luz y tú
que ya no estás.

viernes, 26 de junio de 2015

¿De quién hablo?

Vive sola y nunca usa vestidos rojos.
Su pelo no es amarillo ni canta alegre
cuando cruza los bosques. No tiene
padre ni madre, ni abuelos. Ni siquiera
cuando nieva se cubre la cabeza.
Odia a todos los animales, jamás
hablaría con lobos. No sostiene
ninguna cesta en su mano derecha
y si la llevara no habría nada dentro.
Si alguien la llama caperucita piensa
que está loco, si alguien la cubre con
una bandera púrpura ella dice que
no tiene patria. Su nombre nadie lo
conoce. La veo a menudo pedir
en la misma esquina. A mi nunca
me parece roja.

jueves, 25 de junio de 2015

Mi diario

Uno puede preguntar por sus huellas,
su hambre, su ilusión, su ser desnudo.
Uno puede abrir una interrogación en las
arterias y buscar la palabra que lo defina.
Uno podria mirar en los espejos como
un ladrón de la verdad. ¿Para qué? Si
el hoy se escribe con aire ambiguo
y las horas callan como hábitos que
sólo conocen un paso. Escribo en mi
diario signos indescifrables, dibujos
rotos, sueños calcinados, la no-vida.

miércoles, 24 de junio de 2015

Fragmento de "Historia del lápiz" de Peter Handke

"No tengo una sensación de realidad en el permanecer, sino en el permanecer y pasar; no en el aferrarse a un lugar, sino en los repetidos encuentros. Escribir significa ocultarse y mostrarse, una y otra vez, hasta que uno es".

Tu cuerpo evanescente

Podrías haber sido otra o la misma. Al final
son espectros los maquillajes de la memoria.
Recuerdo los jeans sin mapas, las costuras
de tu ansia en mis ojos perdidos. Y la lluvia,
apenas un eco en la noche y la fachada de una
catedral maldita, cuando las aves no reconocen
su territorio de nubes rotas. Aún miro la sonrisa
de los eclipses, pregunto por correos sin edad
como un álgebra que no arrodilla su razón. Es
suficiente el tránsito de las horas, otros cuerpos
sin alas volverán a la infancia, mientras la luz
se posa en navíos de hierros ocres o palabras
que no han conocido abril.¿Es tan estricto el paso
de las águilas sobre los árboles febriles en un rosal
jamás mirado? Mi rostro subordina su canción
a la astucia de un hogar perdido. Podrá la estatura
recordarme el horoscopo del tiempo, podrá tu huella
de piernas sin alba encender el misterio como la
fiebre rompe el latido del silencio. Solo el alegre giro
del aire te nombra, tu vuelo encontrará otras plazas
en la semilla o en la verdad que hoy huye de mi.

lunes, 22 de junio de 2015

Gracias por pasar

A veces uno siente que este blog es una isla. Supongo que por las entradas hay quien me lee. No sé si es así, o no, pero agradezco a todo aquel que se asome a este lugar, de sombras y de luces, su generosidad y su misterio.

Orestes o la venganza imperfecta



¿Por qué hay sombras en los pechos más puros?

La victoria es un árbol
que magnifica el desencuentro.

Mi orgullo sin pasión recuerda lo que no vi
en las tempranas rocas del dolor.

Lejos, en las áridas praderas del exilio,
incauto como un lobo entre las vides de la dulzura
hasta el brillo y los eclipses que saludaron mi puñal
con hojas de acanto y muerte.

Oh,tú! hermana que no lloras,
lánguido el tronco de tu verdad
como presagio de un destino necesario y múltiple,
como largas túnicas que se visten de sangre
en el aullido del no ser.

Mi victoria recibe ecos de incansables páramos,
de gritos que hieren mi razón con coros de penumbra.

Las Erinias, sí, espantosas como caballos sin bridas,
rojas igual que dentelladas de un sol inclemente.

Me seduce el mensaje que dice no al misterio.

Hay una travesía hacia templos sin mar,
en la cúspide dormita la diosa,
arrodillada en la piedra,
desnuda como un mapa de sal.

Yo no entiendo el clamor de las llaves oscuras,
en el seno de mi raíz perdida
surge la estación de la dicha
con coronas de añoranza.

Y volver a la ciudad, al reino, con dalias negras
sin entender que el sacrificio es una mentira
para que en los confines de la igualdad
yo sea el último espejo que revienta la lógica
y encumbra el abismo
como una huella ignota.

sábado, 20 de junio de 2015

Palabras

Te dí mi verbo como un corazón roto.
Hablaba el títere con voz de margarita,
herias con las manos el aire fértil para
concebir las horas que no existieron.
Hay magia en esta taza que yace fría
sobre el mantel bordado. Como un chicle
las palabras se estiran en tus labios de azul.
La noche es un búho que se aleja, se aleja.

jueves, 18 de junio de 2015

En mi ventana

Yo te dejo la palabra en mi sed.
Juegan las manos con el solsticio
tras el crepúsculo de la luz. Es asi el
vidrio, una luciérnaga o un espejo
sin edad. No sé de la memoria de
otras voces, el silencio es un don
o una muerte o la aguja de las horas
inconfesables. Afuera llueve, responden
las arañas de este candil con lágrimas
de insomnio, música sin éxtasis en caballos
de agua. Volveré a tu huella como un camaleón
que subió las escalinatas impúberes antes de la
iluminación del incienso y los círculos. Siempre
hay jazmines de orgullo bajo cítaras sin luz.
A menudo es tarde en los ojos de la lluvia.
No existe otra interrogación que tu adiós.



miércoles, 17 de junio de 2015

Fragmento de "Calígula" de Albert Camus



"CALÍGULA: Piensas que estoy loco, ¿no?

HELICÓN: Sabes muy bien que no pienso. Soy demasiado inteligente para hacerlo.

CALÍGULA: Ya. Bueno. El caso es que no estoy loco, y hasta te diré que nunca he estado tan cuerdo. Sencillamente, he sentido un anhelo imposible. (Una pausa) No me gusta cómo son las cosas.

HELICÓN: Es una opinión bastante extendida.

CALÍGULA: Cierto. Pero hasta ahora no lo sabía. Ahora lo sé. (Con la misma naturalidad.) No soporto este mundo. No me gusta tal como es. Por lo tanto, necesito la luna, o la felicidad, o la inmortalidad, algo que, por demencial que parezca, no sea de este mundo.

HELICÓN: El razonamiento tiene coherencia. Pero, en términos generales, no puede llevarse hasta sus últimas consecuencias.

CALÍGULA: (Levantándose, pero con la misma naturalidad.) Qué sabrás tú. Precisamente por no llevarlo hasta sus últimas consecuencias nunca se logra nada. Pero quizá baste con que sea lógico hasta el final. (Mira a HELICÓN.) También ahora sé lo que piensas. ¡Cuánto lío por la muerte de una mujer! No, no tiene nada que ver con ella. Creo recordar, es cierto, que hace unos días murió una mujer a la que yo amaba. Pero ¿qué es el amor? Poca cosa. Esta muerte no supone nada para mí, te lo juro; simplemente me indica una verdad, una verdad que me lleva desear la luna. Es una verdad sumamente clara y sencilla, y aunque sea un poco tonta, cuesta descubrirla y también sobrellevarla.

HELICÓN: ¿Cuál es esa verdad, Cayo?

CALÍGULA: (Mirando hacia otro lado, en tono neutro.) Los hombres mueren y no son felices".

lunes, 15 de junio de 2015

"Una sola nota musical para Holderlin" poema de Pere Gimferrer

Si pierdo la memoria, qué pureza.
En la azul crestería la tarde se demora,
retiene su oro en mallas lejanísimas,
cuela la luz por un resquicio último, se extiende
y me delata
como un arco que tiembla sobre el aire encendido.
¿Que esperaba el silencio? Príncipes de la tarde,
¿qué palacios
holló mi pie, que nubes o arrecifes, qué estrellado país?
Duró más que nosotros aquella rosa muerta.
Qué dulce es al oído el rumor con que giran los planetas
del agua.

domingo, 14 de junio de 2015

La playa al amanecer



Como una mentira azul
que el mar tiñe.

Aún recuerdas el paseo y la bruma,
las mañanas de aprendizaje
con el olor salino
y la inquietud por vencer.

¡Qué frágil la aventura del suspiro,
del rayo y la balaustrada que llora!

No deja rastro el áureo desliz,
tus pies olímpicos lamen las llagas
de un océano amable, crepitan las banderas
como hojas de musgo
sin entender el símbolo
ni la historia
ni el desdén.

La luz es otra en el ombligo del faro,
baila, elige el teatro de las sirenas
donde brilla el ósculo infantil de Ulises,
la mirada agria de los peces.

¿Cuántos quilómetros de sed afloran en mi,
qué ambivalencia iluminará las calles,
las esquinas del suburbio?

Hay un río de plata sobre la estela del mar,
un reflejo de collares en tus labios de espuma,
crestas de marfil en las caracolas que titilan
bajo este amanecer sombrío.

Dicen que dios
dormita entre las nubes como un pífano rojo,
pienso en ti cuando dibujo las aletas
de la callada noche
y te creo anfibia,
rosa de agua,
clavel de navíos
en mi pupila inmortal.

viernes, 12 de junio de 2015

El extraño

Quiero ser yo y no puedo.

Me desvivo en lo que vive
como un fanal sin luz.

Detrás
la góndola de un país no conocido,
los puentes que cruzan sus brazos de árboles rotos
o rios de un verde que no atisba la raiz
del color.

Su tiniebla.

Todos los países son este rubor que me acompaña.

Como un perro las huellas transitan el latido,
el amor constante de la muerte.

Mi sed desactiva el paisaje imperfecto de los relojes
(quisiera tu voz en una plaza desnuda
bajo el manto de los desagues,
en el incendio de las baldosas
cuando la música hereda el racimo
de lo que huye hacia sí
como un oráculo).

lunes, 8 de junio de 2015

Fragmento de "La mujer rota" de Simone de Beauvoir.

"Mi primer encuentro con la muerte, cómo lloré. Después lloré cada vez menos: mis padres, mi cuñado, mi suegro, los amigos. También eso es envejecer. Tantos muertos detrás de uno, echados de menos, olvidados. A menudo, cuando leo el diario, me entero de una nueva muerte: un escritor querido, una colega, un viejo colaborador de André, uno de nuestros camaradas políticos, un amigo perdido de vista. Uno debe sentirse extraño cuando queda, como Manette, como el único testigo de un mundo abolido".

domingo, 7 de junio de 2015

Duermevela sin ti


Me da miedo esa luz que no calla.

Son las horas del silencio
el pálido reflejo de una ausencia.

Si tú quisieras, si los labios
como un furor de cristales
hablaran lentos, dulces,
en flor igual que niños sin cédula,
ojerosos por la pátina
de ese corazón que se entrega al vacío
y lame la aventura de ser crisol
en los ojos limpios del abrazo.

Así te sueño
en la melancólica penumbra del solaz paraíso
con los párpados yacentes y las grecas caídas,
con el terrible insomnio de los espejos
y el pavor imposible de las arañas rotas,
con la memoria de un ayer desvanecido
que atraviesa el mar que no conoces
para envolver tu orilla de caracolas azules,
de susurros tránsfugas.

Estás en los objetos que no existen
porque hay alma en el perfil
de lo que quisiera vivo.

Alli colgaré el manantial de la risa,
tus palabras como campanillas
que reverberan en los zócalos heridos,
tus ojos transparentes de tanto sentir mi ansia,
tus manos que se desdoblan
como ávidos murciélagos
en el sinfín de la mirada.

Jamás será tan poderoso el fruto del dia.

Y si el devenir desarraiga con su desdén la lujuria
y nos convierte en palidez y desamor,
recuerda que en los besos del aire
nuestros nombres sin patria
viajarán hacia el olvido
o hacia la eternidad.

sábado, 6 de junio de 2015

La lluvia en mi

En el rastro de la humedad mi corazón pervive.

Cada noche el agua es un cromo sin regreso,
un arco iris dulce en mis ojos sin mar.

Sé del camino
donde los soportales sueñan místicos arrobos,
sé del color perdido entre hojas de acanto
-la luna atisba como un círculo vibrante
en la coruscante niebla de la luz-.

Y prosigo con mi collar de sueños
hacia la incombustible desidia del perfil,
entregado a las guirnaldas
que no pueblan el misterio.

¡Ah! ¡si! la música y sus secretos,
la claridad de los vocablos
entre risas
y el duro ejército de las mesas,
la sonoridad agreste del invierno
retumbando en el licor
que pervierte la melancolia
con rojos labios de desdén.

Y continúa
el devenir inconcluso de las gotas
con su pálpito de ángeles mojados;
y continúa
el lloro de mi impermeable azul
sobre la luz gastada.

Una cita de Antonin Artaud

"Yo he elegido el terreno del dolor y la sombra como otros eligen el del resplandor y el de la acumulación de la materia.
Yo no trabajo en la extensión de ningún terreno.
Sólo trabajo en la duración".

jueves, 4 de junio de 2015

Conócete



Hay una profunda sombra en el espejo.
Te miras como un duende sin pasado,
te vuelcas en la orilla del azogue, desnudo
de ayer, y te crees un príncipe en la aurora.
Que llueva la lucidez en tu canto gris, que
la hojarasca descubra sus hilos de angustia,
que se revele, al fin, la exactitud de tu miedo.

miércoles, 3 de junio de 2015

La huella

Lo que imagino no es un nuevo color
ni un aire distinto ni otras voces calladas.

Lo que imagino ya está aquí,
en el rostro de los edificios,
en las calles sin lengua,
en la piel de este mar que late.

El regreso es una canción olvidada,
su huella desvanecida titila en la sombra
como un caracol perdido.

Solo la raiz de la memoria dibuja un crepúsculo
en la vaga presencia de los lugares conocidos
que desoyen lo frágil de los paraisos sin eco
más allá de la alegría de saberse hoy
en el reencuentro mágico de un eclipse.

Hay en mis olas un refugio
que aviva con su sed
los desnudos ejes del pasado.

No basta con descubrir la luz perdida
en los labios de la madre,
ni el estalllido del perfil
cuando la figura jamás olvidada
vuelve a ocupar su halo
entre la multitud rota.

No, no basta con el hilo que me acerca a la penumbra,
ni la somnolencia que barre de los ojos
el ansia y el deseo de no ser yo
o ser piedad.

Sin la deriva no existe
la mágica esperanza del retorno.

Yo sé que en mi ya estaba tu voz
como un recuerdo indeleble
de sangre y lujuria,
como las luces de una ciudad
que parpadean
bajo la niebla azul del solsticio.